sábado, 6 de enero de 2018

Resistir


Le digo al reloj que todavía es temprano,
que tiempo queda para vivir sin miedo.
Le digo a la sombra que su presencia es un rito
y grita astuta una promesa vana.
Le digo a la vida que aun sueño y canto
y salen los grillos del mosaico flojo
y las luciérnagas inundan el campo.
Le digo al silencio del mundo
que no escapo ni me escondo
que no suplico ni me arrepiento
y que mi voz trasciende los tiempos.
Le digo a mi cuerpo débil y cansado
que hay mucho por lo que volver a caer
y levantarse otra vez como si nada pasó.
Le digo a la muerte que no me busque,
que se extraviará cayendo al abismo,
que la luz de mis ojos no se apaga
hasta que de mis labios salga la orden.
Por lo que a mí respecta, les digo a todos,
Incansable y fuerte, creyente y ansiosa,
el reloj detuve y el almanaque también
con la fuerza de mi alma y las ganas de vivir.
                                       Nilda Sena
                                     Enero 2018

Oración

Ser maestra como la primera vez, manteniendo los sueños y esperanzas, creyendo en el poder de la docencia de enseñar, para hacer posible una sociedad mejor, desde la ilusión y desde la acción.

SEÑOR:
Déjame ser refugio del alma en soledad,
del dolor pequeño que no sabe llorar,
de las manitos vacías que no se animan a pedir.
Déjame ser ojos abiertos al mundo
para que pueda con aciertos mostrar.
Déjame ser siempre maestra como la primera vez,
aun cuando los años cansados quieran descansar.
Déjame seguir dudando de mis certezas
para seguir buscando la verdad.
Déjame seguir siendo maestra como la primera vez,
mantener la esencia firme y la sonrisa también,
sorprenderme, emocionarme y saber callar.
Que mi cuerpo, mi mente y mi corazón
sepan contener, acompañar y sostener.
Déjame ser siempre maestra como la primera vez,
aunque la piel pierda lozanía y la voz fuerza,
aunque la memoria arrugada por los años
a veces dormida decida quedar.
SEÑOR:
Gracias por la palabra y el amor
que grabaste en mi corazón para ser semilla.
Gracias por el tiempo, el aire y la luz,
por los caminos distintos que pude conocer
que señalaron mi simple humanidad y mis límites,
porque me dieron fuerzas para saber luchar.
Gracias por la esperanza y la fe que fortalecen
la convicción de creer, para hacer sin esperar.
Gracias por dejarme ser siempre maestra
como aquella lejana primera vez,
por la confianza que a pesar de mis flaquezas
cada amanecer renuevas en mí.

Nilda Beatriz Sena

Diciembre 2017

Exposición anual de experiencias pedagógicas