miércoles, 13 de noviembre de 2013

Documentar fotográficamente

Documentar fotográficamente: algunas consideraciones y propuestas.
Por Julieta Escardó
 Si pudiera contarlo con palabras, no me sería necesario cargar con una cámara. 
Lewis Hine

La propuesta de documentar fotográficamente tiene que ver con profundizar la propia experiencia y al mismo tiempo poder compartirla utilizando básicamente fotos.
Hoy proliferan las imágenes, ya no hay que ser fotógrafo para producir y hacer circular fotografías. Las cámaras digitales, y hasta los teléfonos celulares con cámara se vuelven cada vez más accesibles a la mayoría. Mas allá de los problemas q pueda acarrear la sobreabundancia, el fenómeno existe. Cuál es el rol de Internet hoy? Que lugar en la comunicación ocupan hoy los blogs? Qué hacemos con esto? Hay mucho para investigar allí, sobre todo si pensamos que es un espacio que a los jóvenes les apasiona, que se identifican y se apropian de sus posibilidades muy rápidamente. Internet es un espacio donde se puede crear y se pueden comunicar cosas, se abren muchas posibilidades…está en nuestras manos ofrecerlo como un espacio responsable.
            La pregunta es cómo contar una historia con esas “ muchas fotos” que sabemos que somos capaces de hacer. La idea es entonces, explorar distintas formas de contar historias, pensar con qué otros lenguajes y con qué otras herramientas podemos contar para incluir en nuestras presentaciones.
Las fotografías, como dice John Berger, no conservan en sí mismas significado alguno. Ofrecen apariencias privadas de su significado. Para significar, para dar un sentido, para explicar las relaciones, es necesaria la narración.  Por eso, es interesante saber que si uno quisiera complementar su relato con textos u otro tipo de datos, pueden hacerlo. Pueden ser testimonios o relatos. Pueden hacer que otros lenguajes extra fotográficos aporten algo para contar lo que quieren contar.
       No existe un solo modo de contar una historia o relatar una experiencia desde la fotografía. Lo que nunca debe faltar es la reflexión acerca de por qué hacemos lo que hacemos y desde dónde queremos compartir esa experiencia. Cómo contarlo de manera personal y que a la vez sea claro para que el otro pueda entenderlo y enriquecerse con nuestro relato.
La elección del tema es algo que ustedes tienen a su favor. Ya que la consigna es documentar la iniciativa que han propuesto y que vienen desarrollando en cada escuela, damos por descontado que es para cada uno, lo suficientemente rica como para sentir que vale la pena ser relatada y compartida con otros.

Lo que debe concentrar la mayor parte de las preguntas en este momento es cómo contar esa experiencia con fotografías.
Y como hablamos precisamente de “crear un banco de experiencias que nos invite a mirarnos, a pensar, reconocernos, contar y contarnos”, puede resultar interesante una historia fotográfica que no necesariamente tenga que explicar, sino que pueda también preguntar.
Para eso es necesario deshacernos de algunas ideas que parecen venir de la mano con la fotografía, por ejemplo que la fotografía es un lenguaje universal –está demostrado que funciona como cualquier lenguaje , como un conjunto de códigos organizado según convenciones culturales- , que una imagen necesariamente vale mas que mil palabras, - una buena foto puede o no necesitar explicación y por último, que la fotografía es una herramienta que registra mecánicamente la realidad, - sabemos a esta altura que siempre es un recorte altamente subjetivo.
Desde el punto de vista del fotógrafo ninguna  imagen es neutra, el fotógrafo mira a través del visor de una cámara  (condicionante técnico) y proyecta su intencionalidad, su modo de ver  (condicionante individual) sobre lo fotografiado. Si se trata de  fotografía que será publicada, habrá que tener en cuenta la ideología del medio o libro (condicionante editorial).
            Generalmente se considera la fotografía como un  fragmento de realidad objetiva.