8 años después hay cosas
que se ven distintas, y otras
se mantienen inalterables:
Entusiasmo, ímpetu, pasión,
fervor,
efusividad dilatada en el
tiempo.
Análisis y evaluación de 8 años
de trabajo a veces ruidoso,
a veces silencioso, pero con fe
y convicción constante, arrojan
luces y sombras en la huella
dibujada.
Tiempos de sequía y angustias,
tiempos de cosechas y alegrías.
La vida es como un cántaro
que suena según el agua que
lleva.
La paz que obtenemos es fruto
de lo que con el corazón sembramos.
La perfección no existe, solo
Dios
la representa, no debe ser
bandera
que conduzca nuestros pasos,
pero ser verdadero ser humano
nos conduce hasta sus manos.
8 años mirados con nostalgias
fortaleciendo el futuro incierto
que la vida me tiene confiado
y que espero y construyo con
ansias
cada despertar en la mañana.
Al cumplir 8 años como supervisora escolar titular
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