Documentar
fotográficamente: algunas consideraciones y propuestas.
Por
Julieta Escardó
Si
pudiera contarlo con palabras, no me sería necesario cargar con una
cámara.
Lewis Hine
La
propuesta de documentar fotográficamente tiene que ver con profundizar la
propia experiencia y al mismo tiempo poder compartirla utilizando básicamente
fotos.
Hoy
proliferan las imágenes, ya no hay que ser fotógrafo para producir y hacer
circular fotografías. Las cámaras digitales, y hasta los teléfonos celulares
con cámara se vuelven cada vez más accesibles a la mayoría. Mas allá de los
problemas q pueda acarrear la sobreabundancia, el fenómeno existe. Cuál es el
rol de Internet hoy? Que lugar en la comunicación ocupan hoy los blogs? Qué
hacemos con esto? Hay mucho para investigar allí, sobre todo si pensamos que es
un espacio que a los jóvenes les apasiona, que se identifican y se apropian de
sus posibilidades muy rápidamente. Internet es un espacio donde se puede crear
y se pueden comunicar cosas, se abren muchas posibilidades…está en nuestras
manos ofrecerlo como un espacio responsable.
La
pregunta es cómo contar una historia con esas “ muchas fotos” que sabemos que
somos capaces de hacer. La idea es entonces, explorar distintas formas de
contar historias, pensar con qué otros lenguajes y con qué otras herramientas
podemos contar para incluir en nuestras presentaciones.
Las
fotografías, como dice John Berger, no conservan en sí mismas significado
alguno. Ofrecen apariencias privadas de su significado. Para significar, para
dar un sentido, para explicar las relaciones, es necesaria la narración. Por eso, es interesante saber que si uno
quisiera complementar su relato con textos u otro tipo de datos, pueden
hacerlo. Pueden ser testimonios o relatos. Pueden hacer que otros lenguajes
extra fotográficos aporten algo para contar lo que quieren contar.
No existe un solo modo de contar una
historia o relatar una experiencia desde la fotografía. Lo que nunca debe
faltar es la reflexión acerca de por qué hacemos lo que hacemos y desde dónde
queremos compartir esa experiencia. Cómo contarlo de manera personal y que a la
vez sea claro para que el otro pueda entenderlo y enriquecerse con nuestro
relato.
La elección del tema
es algo que ustedes tienen a su favor. Ya que la consigna es documentar la
iniciativa que han propuesto y que vienen desarrollando en cada escuela, damos
por descontado que es para cada uno, lo suficientemente rica como para sentir
que vale la pena ser relatada y compartida con otros.
Lo que
debe concentrar la mayor parte de las preguntas en este momento es cómo contar
esa experiencia con fotografías.
Y como
hablamos precisamente de “crear un banco de experiencias que nos invite a
mirarnos, a pensar, reconocernos, contar y contarnos”, puede resultar interesante
una historia fotográfica que no necesariamente tenga que explicar, sino que
pueda también preguntar.
Para eso
es necesario deshacernos de algunas ideas que parecen venir de la mano con la
fotografía, por ejemplo que la fotografía es un lenguaje universal –está
demostrado que funciona como cualquier lenguaje , como un conjunto de códigos
organizado según convenciones culturales- , que una imagen necesariamente vale
mas que mil palabras, - una buena foto puede o no necesitar explicación y por
último, que la fotografía es una herramienta que registra mecánicamente la
realidad, - sabemos a esta altura que siempre es un recorte altamente
subjetivo.
Desde el punto de vista del
fotógrafo ninguna imagen es neutra, el
fotógrafo mira a través del visor de una cámara
(condicionante técnico) y proyecta su intencionalidad, su modo de
ver (condicionante individual) sobre lo
fotografiado. Si se trata de fotografía
que será publicada, habrá que tener en cuenta la ideología del medio o libro
(condicionante editorial).
Generalmente
se considera la fotografía como un
fragmento de realidad objetiva.
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