Ser docente hoy significa
una suma de visiones: vocación, trabajo y profesión. Histórica y
socialmente la idea de ser docente se ha ido transformando y aún
sigue siendo necesario reflexionar sobre estas representaciones.
Cuando se habla de
vocación, se piensa, posiblemente, en parte innata pero
principalmente adquirida a través de situaciones y experiencias de
vida, incluso el propio desempeño docente.
Es una vocación porque
es necesario desempeñarse con predisposición favorable hacia lo que
se hace, valorando la tarea y promoviendo una constante mejora,
sintiendo gusto y placer. Esto generará actitudes y aptitudes
acordes al cargo docente.
Por otro lado, es un
trabajo que permite obtener un salario para cubrir las necesidades
económicas de la vida, se deben respetar normas de trabajo, cumplir
horarios, etc. Su herramienta es el conocimiento, por lo tanto
produce algo inmaterial.
Cuando se dice que es un
profesional de la educación, se considera que para desempeñarse
como docente adquirió una capacidad e idoneidad a través del
estudio de una carrera. Además debe desarrollarla con compromiso,
entendiendo que los resultados obtenidos son frutos de la enseñanza
que brinda. Necesita autonomía porque un profesional debe tomar
decisiones, y ser responsable de las mismas. El docente debe entender
que su rol tiene una importancia social, por lo cual debe ser crítico
de las decisiones que adopta y las tareas que realiza, conocerse a sí
mismo, ser capaz de trabajar con otros para construir equipos donde
puede concretar los objetivos del sistema del que forma parte,
exigiendo y exigiéndose a si mismo actualización y
perfeccionamiento docente. La práctica del docente debe estar
constituida por valores educativos propios de una formación inicial
adecuada y un ambiente de trabajo con valores, capacitación
constante, dentro de un contexto cada vez más cambiante,
diversificado y crítico de la labor docente y el servicio educativo
que se brinda en las escuelas.
En la mirada del
colectivo social, ser docente aún es considerado en amplios sectores
un apostolado, pero considero que es una imagen superada por lo
expresado anteriormente: una concepción de unidad entre vocación,
trabajo y profesión.
Nilda Beatriz Sena
Corrientes – Argentina
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